Sunday, August 30, 2009

Y ahora somos TRES! (Arriba en Ingles)

Otra Viajera se une a MUCOV
¿Quién es la nueva persona del equipo? Es una mujer autonombrada Malinche. La hemos conocido en el bus mientras viajábamos de Lima a Arequipa, la segunda ciudad más grande del Perú. Ese sábado por la noche estábamos un poco hiperactivas dado que habíamos tomado demasiada hierba mate y solo de pensar que estaríamos 9 horas sometidas a los asientos del bus nos causaba ansiedad. Dos horas después de empezar el camino el bus se detuvo en unas de sus numerosas paradas a lo largo de la carretera para subir a más personas. Pensábamos que nunca llegaríamos dado que cada 45 minutos el conductor estaba parando y recogiendo (de una forma muy informal pero muy tradicional) a las personas que se suben de los pueblos aledaños a las ciudades. De esta forma el conductor y los asistentes logran ganar unos soles más y las personas que no están cercas de terminales logran montarse en medio del camino.
En una de esas paradas entro una mujer de muy baja estatura, con un vestido color rojo fuerte como la sangre poderosa derramada sobre las piedras de los caminos de nuestros antepasados. Sus trenzas largas que le llegaban por debajo de su cintura eran hermosas. La mujer entro seguida por sus extensiones de color de perlas negras y se paro en el centro del bus, se acomodo la guitarra y después de posesionarse con los pies separados para asegurar su estabilidad, colocó su diestra sobre las cuerdas de su más preciado tesoro: su guitarra. Así, con la misma delicadeza que cualquier cantante muestra sobre la tarima que sostendrá su mejor concierto, la mujer empezó a cantar:
“Yo soy, yo soy, yo soy Soy agua, playa, cielo, casa blanca. Soy mar atlántico, viento de América, Soy un montón de cosas santas Mezcladas con cosas humanas. Como te explico cosas mundanas Fui niño, cuna, teta, techo, manta Más miedo, cuco, grito, llanto, raza, Después mezclaron las palabras O se escapaban las miradas Algo paso no entendí nada…”
Era la misma canción de Mercedes Sosa que habíamos escuchado meses a tras cuando apenas salíamos de Colombia mientras tomábamos un café en la ciudad fronteriza de Ipiales, Ecuador. La voz de la mujer que mantenía la guitarra sobre su pecho era tan hermosa que cualquiera que no guardara silencio estaría ofendido a la misma virgen que todas las agnósticas guardan en el closet. El silencio se convirtió como un coro que alimentaba la sutil pero innegable voz de la mujer que salía desde su ombligo para liberarse por la ventana de su garganta. Tan entonado era su compás que ni los saltos del bus le desequilibran su amortiguada melodía. Cantó dos canciones más (Lucy en el cielo de los Beatles, y Bésame Mucho de Pancho Céspedes).
Al terminar salimos del trance y nos dimos cuenta que todavía estábamos en el bus. La mujer empezó a coleccionar las monedas que le ofrecía su improvisada audiencia. Pasaba sus manos por cada hilera hasta llegar con nosotras y lo primero que le preguntamos fue “¿Cómo te llamas?” “MALINCHE,” dijo con tanta firmeza que era como si su nombre mismo le coloreaba la fina línea de su boca. Allí mismo le contamos sobre MUCOV y le dijimos que nos encantaría que nos contara mas sobre su vida. “¡Seguro hermanas! Soy Americana sin fronteras y ustedes también. Me gusta lo que están creando y me gustaría apoyarlas. ¡Recaudaré fondos para ustedes con mi música! Además, yo soy muy andariega y no tengo nido fijo en ningún árbol de este mundo. Entonces, ¿Pa´ onde es que vamos?” “Arequipa,” le dijimos, y seguiremos nuestro camino en Sudamérica hasta llegar a Uruguay.
Y fue ese sábado por la noche (ó domingo por la mañana) cuando nos cruzamos en el camino de Malinche ¿O ella en el de nosotras? ¿O es todo un mismo camino? “¿Y tu nombre surge por La Malinche de los tiempos de Cortés en tierra Azteca, ó el Volcán en Puebla, ó el árbol Delonix regia?” “Mi nombre se refiere a mi, con todo mi pasado que me condujo a este mi presente desde hace unas lunas. Puedo ser locuaz, fuerte, madre, volcánica, árbol con flores rojas, y también puedo ser lo que se me de la regalada gana sin tener que decir cómo ni cuándo”.
“Entendido,” fue lo único que salio de nuestras bocas y allí nos dimos cuenta que Malinche nos iba a mostrar poco a poco sobre ese mundo que la condujo a subirse a ese bus en donde estábamos nosotras sentadas. La voz de esta mujercita nos llego al alma y ahora seguirá acompañándonos en nuestro viaje. “Quiero ir a todos los países en donde actualmente estén gobernando mujeres en América. Lo bueno es que me va a salir barato porque solo me falta Argentina porque a Michel Bachelet la visite cuando recién fue elegida”. “Bueno Malinche,” le dijimos, "pero esperamos que tu viaje no termine allí pues imagínate cuantas mas mujeres están liderando otros espacios en centenares de diversos contextos que no son reconocidos al nivel nacional pero que están luchando por nuestro mundo desde sus entornos y que seria bueno que también surjan muchos encuentros entre todas”.
“Claro, por supuesto que las hay, mis amapolas humanas, ó mejor dicho mis heroínas como son las vendedoras de empanadas en las esquinas, las que salen de las cárceles a seguir luchando, las que se sientan en los mercados centrales como diosas entre los colores de las verduras, las que venden palo santo sobre los andenes sucios de todos los rastros que deja la humanidad andante, y mis heroínas también son las mujeres que nunca aprendieron a escribir pero que con sus voces te regalan poemas, versos, y los cantos mas alucinantes crecen desde su corazón hasta salir deslizándose sobre su paladar”.
“Precisamente. Hay muchas heroínas, todas esas mujeres que cada día luchan para seguir pa´lante, que no se rinden, que no se cansan de caminar con firmeza en este mundo,” le contestamos. Al llegar a Arequipa a eso de las 6am, le comentamos en voz unida, “Bienvenida a MUCOV Malinche, pero ¿que no tienes un bolso con tus cosas?” “¡Que va! Yo solo cargo a mi Confesión (refiriéndose a su guitarra) y no necesito nada mas pues este cerebro mió ya pesa demasiado”. “Que bien porque así nos puedes ayudar a nosotras con las cámaras porque ¡esas vainas pesan!” “Oye Malinche, ahora que recuerdo, La Malinche de la tierra de los Mexicas se conoció también por el nombre de Malinalli Tenépal y mi Profe Kalinde me había contado que la palabra tenépal en náhuatl quiere decir persona que tiene facilidad de palabra, que habla mucho y con animación” le comento Mayra. “Mira nomás que coincidencias,” contesto con una sonrisa bajo una mirada indudablemente sospechosa.
P.D. Las venas abiertas de Latino-América: Malinche dice que utilizara las monedas que recibió en el bus para enviarle el libro de Eduardo Galeano a Hillary Clinton porque no cree que Obama sea el único que tenga la gran necesidad de leerlo.

2 comments:

  1. Q La MalinCHE sea un buen augurio d su camino hacia el sur d nuestra America, q su voz y su fuerza (para cargar las camaras) haga mucho mas especial y bonito su trabajo y sus viajes.

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  2. Mujeres, sus textos son tan bellos que siento que estoy viajando con ustedes... Mucha fuerza, mucha curiosidad y mucho amor es lo que les deseo!
    Bienvenida Malinche!

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