Friday, February 19, 2010

Homenaje a la Memoria de MUCOV

EL ALMA De la MEMORIA
¿Cómo podemos estar en muchos lugares a la misma vez?
Suena ilógico, despelotado y un poco a charla de marijuaneras, pero no se adelanten al viaje de los acertijos, mas bien continuemos...
¿Cómo podemos estar en varios lugares distintos, relativamente lejos de cada uno en un mismo tiempo?
Y la única respuesta que se nos ocurre es la siguiente: Se puede estar en múltiples lugares a través de los viajes con el cuerpo y el uso de la memoria. Como en estos momentos estas allí y también estas aquí con nosotras en Buenos Aires, Argentina; en pleno centro de una urbe edificada y moderna que muestra por doquier su desarrollo como una sociedad capitalista. Estas en una casa vieja y transpirada de humedad, con techos altos, un maltratado piso de madera, tres habitaciones habitables unidas por puertas paralelas y una separada que esta innegablemente horrorosa. Las paredes son de un blanco percudido como esas medias que se llenaron alguna vez de lluvia y barro y no quisiste lavar bien con agua caliente. Se diluye un incienso de Nag Champa importado desde la India, y tienes una botella de agua a la izquierda de tus piernas mientras el ruido de la naturaleza anuncia una tormenta. Son casi las 16:00 y no has ni desayunado porque no tienes hambre y también porque no quieres pararte, ir a la cocina, abrir la heladera, suspirar…después cerrar la heladera, mirar al cajón lleno de té variado, avena instantánea, azúcar vieja. Todo este material de poca alimentacion te impulsara a nuevamente abrir la heladera y decidirte por alguna fruta (la que tu quieras) sabiendo que volverás a sentir hambre en una ahora.
Este nuevo (y no tan nuevo) año nos dimos cuenta que nuestros cuerpos cargan muchas historias. Estas historias se mantienen vivas y a diario nos hacen colocar alas mentales para invocar a un pasado sin la necesidad de despegarnos de esta realidad y sin tener que vivir un aterrizaje.
El primero de diciembre llegamos a Tucumán, Argentina y una semana después Carolina, Malinche y yo nos separamos para continuar con nuestros planes en este país. Hace ocho noches y nueve días nos volvimos a encontrar en la estación de Tren del Retiro en la Capital Federal después de que cada una de nosotras vivió mundos completamente diferentes: Caro estuvo en Tucumán con su familia, Malinche se fue de luna de miel a Puerto Escondido, y yo me fui a Quequen en el oriente central Argentino a laborar como camarera por la temporada. Después de muchos mates, mucha lluvia, y mucha ausencia nos encontramos las tres para continuar con las metas del 2010.
Hoy es otro día de intentar de organizar una vida semi-estable pero existen un sin fin de retos que solo se le suelen presentar a individuoas que viven en situaciones muy fuera de lo común. El estar aquí significa mucho para nosotras y sabemos que nuestros pasos por Sudamérica son invocados y utilizados como fuente de fuerzas mientras recorremos este nuevo lugar. Las calles amplias de aquí se lucen con tantos semáforos que sirven para dar luz a las noches bajo cual cientos de indigentes duermen cubiertos con tan solo el material arquitectico de los edificios públicos. Caminar por hoteles de lujo en la Avenida 9 de julio y por las tiendas con aroma a prestigio que venden modas Europeas sobre la avenida Mayo es como mirar a una revista Vanidades mientras tienes el estomago vació y el sabor a cigarrillo en la boca. Sin embargo, la convivencia de tantos contrastes en las imágenes que uno observa no oculta la miseria que abunda por toda Latinoamérica. Bajo la glamour y la estética hay mucha pobreza. Al ver estas realidades nuestros recuerdos reviven y este bombardeo de imagenes nos provoca la reflexión que oscila entre ejercer la rebelión y denunciar tales realidades o acudir a una (mal) -adaptación en su máximo silencio.
Decidimos que como no somos peces nadando simplemente en el mar del presente y reconocemos que estamos aquí gracias a que el pasado no muere. Sabemos que el pasado es lo que se carga cuando se sueña con un mañana de muchos cambios importantes. Todo ser vivo y consciente necesita el punto de vista de la/s historia/s en su infinita magnitud para sobrevivir el hoy. Para nosotras es vital preservar lo visto, vivido y palpado en el ultimo año de nuestra vida, en los últimos nueve meses desde que salimos de Colombia, y en los últimos cinco años de esta década que despidió a muchas muertes y a muchas vidas. Para nosotras, la vida siempre tendra las puertas abiertas para recordar historias.
¿Y como podemos estar en muchos lugares a la misma vez?
¿Cómo podemos estar caminando hacia la Plaza de los Estudiantes en la gran ciudad de La Paz comiendo humitas (syn.tamal de elote, envuelto de choclo) y estar hablando de Fanny y el recorrido de los Ocho cielos del Huayhuash? ¿Cómo es que cuando caminamos en el centro de Buenos Aires con un mapa en mano, perdidas por la cuarta vez y en la quinta porra decimos, “Extraño a Bogota y a Los Ángeles”, “Quiero andar en la ciclo vía”, “Me escribió la Leo desde Chile, o “¿te acuerdas de Pancho en Potosí desafiando a su madre putativa, la Bertita? Y todo esto se siente y se vuelve a vivir. Es inevitable, es delicioso poder estar tan conectadas a nuestros cuerpos, a nuestra piel que se ha convertido en un collage de fotografiás en vivo!
Hoy es un día mas en el mes mas corto del calendario gregoriano, el mes del amor y la amistad, el mes que se celebra la Historia de los Afroamericanos en Estado Unidos, el mes del cumpleaños de Carolina, el mes de nuestro reencuentro, el mes en el que se vuelve a conmemorar, a recordar, a nombrar muchas luchas, y se combate en otra batallas contra el olvido. No somos peces obligados a estar solo nadando en la mar del presente, somos human@s capaces de sentir mucho, de vibrar de-y- por-la-alegría, de sentir coraje y rabia frente a una injusticia, de llorar en voz alta y de ahogarnos en silencio cuando hablar se siente en vano.
Este 21 de febrero también se llevan flores y voces, corazones y pasos a Mulatos en la Comunidad de Paz de San José de Apartado, Colombia. Se vuelve a nombrar la Masacre del 2005 cuando militares colombianos y paramilitares cumplieron con la misión de asesinar a 8 personas. Allí también estamos mientras bebemos agua por la sed que se siente cuando la boca se seca por tanta injusticia existente en la historia de la Humanidad (en todas sus contextos). Nuestra memoria nos lleva y nuestros corazones palpitan en las montañas de todas las comunidades que luchan para que la justicia y memoria puedan crear un futuro mas digno y más sano.
¿Cómo podemos estar en muchos lugares distintos en un mismo tiempo construido por distintos momentos?
Caminamos por las calles de Buenos Aires, buscando nombrar todo el espacio entre lo que miramos y lo que recordamos. Estamos sentadas sobre un pequeño escritorio color naranja con negro y con los dedos danzando sobre un teclado azul triste, y le escribimos a esas personas que aunque se encuentren lejos tienen que recordar que también están aquí en nuestros corazones.
Gracias a todas las personas que nos siguen recordando, escribiendo y nombrando como hermanas latinoamericanas, y como MUJERES CON VOS.
PD. Malinche y su Poesía: Acaba de cerrar un libro con poemas de Alfonsina Storni por el espanto que le causo la tormenta recién nacida. Y para disimular el espanto Malinche empieza a hablar que “el Lago Titicaca se esta luciendo en estos momentos porque a esta hora esta por llegar un increíble atardecer”; seguido por, “Seguro que el Padre Javier Giraldo Moreno esta ofreciendo oraciones en nombre de las victimas de crímenes de lesa humanidad en Mulatos , Uraba Colombia...Y ella sigue recordando cosas cuando de repente nos pregunta si hemos leído sobre las adopciones de huérfanos en Haití que han causado mucha polémica. Como no le respondimos, Malinche se coloco una mano sobre su cadera derecha, y con la zurda en el aire en forma de puño voltea su rostro hacia el techo (que esta a casi 3 metros sobre su altura y con voz de poeta dice,
“ El poder del recuerdo.
Innegable la fuerza que ejerce contra el olvido
La memoria se siente en el alma... calma... calma
Y se calma el ardor que deja la violencia de un olvido”.
Después, Malinche baja sus brazos, mira hacia el piso mojado por las gotas que entran por el techo y finaliza su momento con: “Que tan poderosa es la memoria que hasta una pequeña muñequita es capaz de sentir el dolor del olvido y el poder de la historia. Que tan poderosa es la memoria que ya siento el mañana de mi ayer”. Y como le fascina ser una nostálgica pone a todo volumen la voz de la Negra Sosa(que en paz descanza) cantando en la clásica canción de Violeta Parra “Gracias a la Vida”.